18 de septiembre de 2014

Aprendices de gredenses

Algunos aspiramos a parecernos a las cabras... y, a veces, lo conseguimos.

Los Galayos nos saludan
Y nosotros tiramos parriba
Un clásico: el Torreón
En busca de la fisura perdida...
Cita en la cumbre de El Torreón
La cresta Oeste del Gran Galayo, una gozada
También descubrimos pequeños rincones con buenas escaladas...
... en la Laguna del Duque
Vías que algún día fueron de V grado...
Uhm... debe ser por esto que le llaman Solana..
Ambiente de tormenta en el Circo de Gredos
Camino al Almanzor
Una cabra y el Espolón de los López nos vigilan...
¡Venga, que ya estamos arriba!
Cumbres alternativas
Y vuelta a casa... hasta la próxima, claro.


"Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos"

Eduardo Galeano
P.D: Fotos Alberto Hernández

9 de septiembre de 2014

Un paseo por Picos: Peña Vieja

Objetivo: Peña Vieja desde el Cable de Fuente dé

Protagonistas: Xavi, Esteban y Juan
Resultado: subir al Peña Vieja, comernos unos chorizacos en Áliva y conocer el mejor asador de Potes ¿No está mal, no?

Un mar de nubes sobre el valle de Liébana nos recibe
Sales del mar de nubes y ves el Sol... va a ser un buen día
Cuesta la cuesta....
...pero vale la pena por ver estas cosas.
La canalona... habrá que esquiarla en invierno.
"No, allí tampoco hay un bar"
¡Vamos, que queda poco!
¡Cima! Y una foto en la que salimos bien... ¡toma ya
Será por momentos así que el esfuerzo se nota menos.
¡Vamos, vamos, que se enfrían los chorizos!
Aquí ya olía a chorizaco, lo juro.

 Escribir, por ejemplo, son ahora
mucho menos frecuentes estas noches,
y recuerdan inviernos negociados
con renta de amistad,
y tienen algo
de temblor fugitivo.
Las caras han cambiado, saben cosas
y se parecen más a nuestras vidas.
Nuestra noche - Luis García Montero

7 de septiembre de 2014

Buen equipo

El Glaciar de Bossoms; el Mont Blanc al fondo
A veces abrir los ojos no es suficiente para darse cuenta del significado de las cosas; a veces, ni todos los sentidos no son suficentes para calibrar la magnitud, el significado y las consecuencias de los hechos que uno vive. 

Uno no se da cuenta de adónde le encaminan sus pasos hasta que, en un punto, mira atrás y valora. Entonces, lo lógico puede no serlo tanto y lo ilógico puede tornarse como una opción.

Quizás sea porque la instantánea que tomamos a cada momento sólo capta la realidad de ese segundo y nada más; quizás sea que la perspectiva correcta sólo se toma valorando las consecuencias con el tiempo; quizás sea por la posibilidad de que una conclusión no esperada nos venga de repente en el momento más delicado.

Quizás ese camino ilógico sea el que tomé cuando un buen día me propuse escalar montañas; o quizás sea más lógico de lo que creo, y sólo una consecuencia de pensamientos y sentimientos anteriores.


El principio de todo, con las Jorasses de fondo.
Lo cierto es que me lo propuse incluso cuando es algo que no debería encajar en la que se supone que es mi personalidad; quizás fue justamente por hacer algo que no se esperaba de mi, o quizás no. Quizás fue por querer destacar en algo.  O quizás no.

Quizás por eso algunos decía que me iba a meditar a las montañas para olvidarme de noséqué; otros que se me pasaría en poco tiempo.

Yo, la verdad, es que simplemente me sumergí en ello con más ganas que cabeza; me sumergí queriendo conseguir todo en poco tiempo, quizás con esa mentalidad que está tan de moda en estos tiempos y que nos venden desde el púlpito del consumismo.

Pero, por el camino, descubres que nada es fácil, que todo requiere dedicación, que compararse es inútil y, sobre todo, se descubres un mundo lleno de cosas nuevas: aprendes que estás ahí porque miras hacia arriba con una mezcla de miedo e ilusión que sólo te recuerda a cuando miras a alguien a quien quieres. 

Miedo e ilusión, quizás sean las dos palabras que mejor combinen en un montón de facetas en esta vida; el primero retiene y la segunda tira. Si lo sabes combinar en la proporción correcta, hacen un buen equipo

Pero siempre hay que abrir los ojos y volver a la realidad. Hay que ver si eso que se dice haber aprendido se aplica en lo importante, en la vida real.

Y, luego, sólo silencio. Quizás silencio roto por el ruido de la calle o de la propia respiración. Quizás roto por alguien que habla en sueños en la otra habitación.


Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.

Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.

A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas.

 Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme.



Estados de ánimo - Mario Benedetti